Tésis Página 3

Como se señala en los estudios realizados, las características del proceso pre-divorcio como el tipo de relación conyugal y la calidad de la relación padre – hijo condicionará el desenlace de este proceso y las vivencias del padre ante la separación de los hijos. En la tabla siguiente se expresa de forma resumida el comportamiento de estos factores en los casos que estudiamos.


TABLA I

Características de la relación pre-divorcio


DINAMICA CONYUGAL RELACION AFECTIVA CON LOS HIJOS
Caso 1(Chile) Rutinaria, cooperación mutua De apego
Caso 2 (Chile) Armónica y cooperación mutua Apego extremo
Caso 3 (Cuba) Disarmónica Distante Caso 4 (Chile) Rutinaria, división rígida de las tareas, poca cooperación De apego Caso 5 (Cuba) Rutinaria, división de las funciones con poca cooperación De apego Caso 6 (Cuba) Rutinaria y cooperación mutua De apego


Como se observa, la mayoría de las relaciones anteriores al divorcio expresan una relación conyugal que ha declinado en rutinaria, monótona o disarmónica. Sin embargo, en la mitad de los casos el padre resulta tener una relación de cooperación con la madre en las tareas de la casa, lo cual implica también aquellas relacionadas con el cuidado y atención a los hijos. Por otra parte, en casi todos los casos, la relación del padre con los hijos es de apego, de gran implicación y compromiso emocional, con lazos afectivos fuertes, que se expresan en la vida cotidiana en actividades conjuntas comunicativas y empáticas.

Asimismo nos propusimos registrar desde el punto de vista legal el régimen de relaciones y la persona a la cual se le asigna la custodia del menor. Desde el punto de vista de la madre consideramos importante tener en cuenta los obstáculos que ella opone al contacto físico y su consecuente limitación a la participación del padre en la formación de los hijos.
Consideramos de interés la desvalorización de la figura paterna que puede hacer la madre durante este proceso post–divorcio, pudiendo llegar al extremo de la inculcación maliciosa.

Si bien las limitaciones se dan en diferentes ámbitos consideramos que las de mayor peso y consecuencias prácticas inmediatas son aquellas dadas a nivel maternal y legal como se puede observar en la siguiente Tabla II.


TABLA II

Limitación de los derechos del padre


CASO
LIMITACION LEGAL
LIMITACION MATERNAL
Custodia Régimen de encuentros Contacto Físico Educación Deterioro de la imagen 1 Madre Inicialmente muy limitado, después con permiso de visitas Limitado en su totalidad Limitado en su totalidad No 2 Madre Limitado Inicialmente compartido. Limitado a visita quincenal Limitado en su totalidad No 3 Madre No se reporta Limitado en su totalidad Limitación parcial No 4 Madre Libre Limitación parcial Limitado en su totalidad No explícito 5 Madre Limitado Visita en la casa materna Limitado en su totalidad No explícito 6 Madre Tenencia compartida No hay limitación No hay limitación No


Como se observa desde el punto de vista legal, la custodia es siempre asignada a la madre. Es interesante ver como, en la mayoría de los casos, se establece un régimen de encuentros limitados para el padre, sin que existan razones que lo justifiquen. Como tendencia, las madres muestran conformidad con la decisión legal de limitar los encuentros con los padres, e incluso agregan obstáculos desestimulando el contacto físico, aún cuando el padre tenga condiciones y deseos de establecer una relación más sistemática y cercana con el hijo.

Como el régimen de relación padre-hijo se establece, en la mayoría de los casos, a través de visitas, esto trae como consecuencia una limitación de la participación paterna en la educación del niño, sin que de manera expresa sea una preocupación de la madre, aunque sí aparece con frecuencia en los padres.
Esto conduce a vivencias negativas dadas por la certeza de la pérdida del rol y del contacto con su hijo, traducidas en vivencias emocionales y conductuales que reflejamos en la tabla III.


TABLA III
Reacciones emocionales y conductuales del padre.


VIVENCIA EMOCIONAL REACCION CONDUCTUAL


Caso 1 Depresión Angustia Sentimiento de soledad Inicialmente conducta evasiva intermitente. Conducta perseverante de reclamo.


Caso 2 Depresión Angustia elevada Desesperación Reclamo perseverante.


Caso 3 Depresión Ira Evitación del contacto, evasión.


Caso 4 Ira Agresividad Depresión Reclamo perseverante de contacto.


Caso 5 Culpabilidad Angustia Impotencia Reclamo perseverante de contacto.


Caso 6 Temor Ansiedad Tristeza Defensa de la custodia.


Las vivencias emocionales experimentadas por los padres se caracterizan por un tono negativo. Según lo que se reporta, son vivencias intensas mantenidas por un período de tiempo prolongado, a tal punto que provocan trastornos o desequilibrios emocionales y conductuales generadoras de gran frustración. Esto hace que se conviertan en motivo de consulta.

Estas reacciones emocionales giran, generalmente, alrededor de la depresión y un gran sentimiento de pérdida y carencia. No obstante, ellas en realidad constituyen una amalgama de sentimientos, sin llegar a expresar un cuadro clínico único. Esto puede responder a las situaciones confusas, muchas veces inesperadas, en las que el padre se ve involucrado en el proceso de la separación.

En el plano conductual la reacción más común es la expresión de un reclamo por el contacto físico relacional con el hijo, tratando de restablecer o mantener la relación empática anterior. La imposibilidad de lograr este propósito hace que esta relación se convierta, en ocasiones, en una conducta perseverante y con ciertos matices obsesivos, lo cual lo transforma en un síntoma clínico. En todos los casos se puede afirmar que estas reacciones emocionales y conductuales responden, en última instancia a una no aceptación por parte del padre de la situación a que se ve sometido.

Resumiendo, pudiéramos apuntar algunas características que permiten, en sentido general, describir los casos estudiados:

1.- El proceso pre-divorcio está matizado por una relación de pareja más bien rutinaria, donde de manera implícita había disolución de vínculos emocionales. El patrón de interacción conyugal más común es el de una distribución de funciones sin llegar a una relación de igual o total implicación de no en las tareas del otro.

2.- La relación padre-hijo (s) en el período pre-divorcio es empática; caracterizada por una paternidad comprometida y responsable, donde priman las muestras de cariño y afecto recíproco con los hijos.

3.- Desde lo legal la custodia siempre es asignada a la madre. Por lo general se establecen sistemas de encuentros limitados de contacto del padre con el hijo de forma rutinaria sin responder a razones fundamentadas. No existe una evaluación de las posibilidades o capacidades del padre, ni se tiene en cuenta su deseo o disposición.

4.- Es interesante cómo, a pesar de que la relación conyugal y el patrón de interelación familiar varían de un caso a otro, sin que predomine como regla un ambiente hostil o marcado por las discrepancias, las decisiones con respecto a la limitación de derecho de los padres en el proceso post-divorcio es bastante común. Esto permite pensar que se replica una conducta promovida por la costumbre donde se hace presente el ejercicio forzado del rol paterno, a semejanza de un asignado social que no siempre se ajusta a la situación concreta.

5.- En la mayoría de los casos la madre hace suya con satisfacción la decisión legal y agrega obstáculos a la relación padre-hijo. Esto limita la participación del padre en la formación integral del menor. De los reportes se desprende una relación más bien desarticulada con los hijos, es decir, no existen actividades familiares, los contactos tienen forma de visita, etc. Cuando se expresa por parte de la madre la necesidad del contacto padre-hijo, es casi siempre para reparar un síntoma aparecido en el hijo o evitarlo, pero nunca se trata de ofrecer al padre el espacio y oportunidad de compartir la responsabilidad de la tuición compartida. En la misma medida no se observa en estas madres (por lo general) una búsqueda de consenso ni cuidado de la imagen paterna, sino una conducta de indiferencia al respecto o acciones o expresiones que deterioran dicha imagen con una evidente inculcación maliciosa.

6.- Aunque hay diferencia en el grado de limitación que sufre cada uno de los padres, a todos los une el sentimiento de insatisfacción con la “cuota” de contacto físico que le ha sido “permitida”. Todos manifiestan el sentimiento de pérdida que puede estar expresando la disconformidad de que se paute su relación de padre, se limite su espontaneidad y creatividad.

7.- El sentimiento de pérdida desencadena un conjunto de reacciones emocionales que, con diversidad de matices, giran en torno de un profundo dolor y desesperación, que se torna en ocasiones intolerable al padre, frustrante, convirtiéndolo en nuestro paciente.

8.- La no renuncia a sus derechos lo lleva a una conducta de reclamo pertinaz, que provoca un sentimiento de impotencia que no es siempre bien canalizado y lo dirige a conductas de perseverancia, evasión y/o huida.

9.- En ninguno de los casos estudiados la madre está cabalmente convencida y/o preparada para favorecer una paternidad comprometida. Suponiendo que elige lo mejor para los hijos, asume como buena la decisión legal y relega al padre al rol más tradicional.

10.- La angustia manifestada por el padre debido a la pérdida del hijo suele atribuirse socialmente a otras causas, como celos, añoranza por la relación de pareja, o a dobles intenciones como venganza, represalia, etc. Esto expresa un prejuicio con respecto a los sentimientos del padre o, en el mejor de los casos, una incapacidad para comprender su sufrimiento o asociarlo a la interrupción de su rol de padre.

11.- Avalado por lo planteado respecto a los roles y lo asignado a ello en lo socio-cultural, la madre expresa su superioridad respecto al padre en el proceso de post-divorcio, se siente segura y dueña de la situación. No es la madre, en ninguno de los casos, portadora de un sentimiento de pérdida. Continuación

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